Hoy elegí el tema pensando en esos comedores pequeños o medianos que a veces van
adosados a la cocina y otras veces al living. Espacios muy íntimos, que propician la charla del grupo, que dan
sensación de abrigo, de protección, calor de hogar.
Personalmente, me gustan los comedores armados con elementos que se
van eligiendo, buscados en mercados de antigüedades o en los áticos de la
familia y, luego, acondicionarlos y reciclarlos. Estos nos dan la posibilidad
de crear nuestro espacio, de poner a prueba nuestra imaginación y nuestra
inspiración. Son informales, desestructurados, libres.
En la foto de abajo vemos un comedor muy simple, con muebles retro, sillas diferentes entre sí (sólo dos son iguales), se uniforman porque todas, mesas y sillas, mantienen el color de la madera natural. El elemento que se destaca, fundamentalmente por el color, es el aparador.
Por otra parte, todo el entorno propicia la calidez general del ambiente: sus paredes de ladrillos viejos expuestos, la viga sobre la mampara de hierro y vidrios, el piso de madera antiguo y se alcanza a ver la escalera con detalle de pintura en los escalones del mismo color que el aparador.
En la siguiente foto, nuevamente sillas diferentes entre sí, el banco con almohadones estampados, la mesa sumamente simple. Un ambiente relajante creado por la suavidad de los colores, la combinación de madera y muebles pintados de blanco y ese postigo entreabierto insinuando el jardín. Me da la sensación de que la foto nos cuenta que está transcurriendo un verano muy tórrido y la casa nos invita a permanecer en ella con toda su frescura.
Este comedor estalla de alegría con su colorido y su gran cantidad de detalles: la variedad de almohadones, la repisa, los faroles, las plantas.
En este caso, el comedor con su mesa rústica y sus sillas de diferentes y resonantes estampados es de dimensiones mayores por el tamaño de los muebles pero se desarrolla en un espacio moderadamente chico. Sus combinaciones tan especiales, la blancura de su entorno y la luz de su próxima ventana le otorgan ese aire hogareño y confortable que invita a quedarse.
En la foto de abajo sorprende la austeridad del mobiliario y como contradicción la impactante araña de caireles. Del mismo modo, la blancura de pisos, paredes y techo tienen como contrapartida el destellante fucsia de las sillas, el marco del cuadro y otros pequeños pero infalibles detalles.
Aquí vemos otro comedor tan sencillo y tan hermoso. Nuevamente, la combinación de muebles que no hacen juego pero que forman una composición perfecta.
En la última imagen vemos un comedor de mayores dimensiones combinado con el living, pero siguiendo el mismo concepto de combinar y componer con colores y detalles dando lugar a un ambiente sumamente cálido y acogedor.
A mi me gustan todos, pero si tengo que elegir....... me quedo con el segundo por su frescura y su aire de campo. ¿Ustedes cuál prefieren? Saludos.